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Acerca de la ecualización
Después, uno a uno, vaya subiendo y bajando cada
uno de los mandos y escuchando cuidadosamente
el efecto que produce sobre el sonido. Tenga en
cuenta que el subir todos los controles del EQ
en la misma cantidad producirá el mismo efecto
que simplemente subir el volumen principal y, a
la inversa, el bajar todos los mandos en idéntica
cantidad tendrá el mismo efecto que reducir el
volumen principal. Pero, evidentemente, no tiene
sentido hacer ninguna de las dos cosas anteriores
(después de todo, para eso tenemos un control de
volumen principal!)
En muchos casos, la mejor forma de trabajar con
la ecualización es pensar en términos de qué
zonas de frecuencia deben ser atenuadas en
lugar de pensar en cuáles deben ser realzadas,
dado que el realzar una banda de frecuencia
también tiene el efecto de realzar la señal en
su conjunto; especialmente, demasiado realce
en los EQ graves puede llegar a producir una
distorsión por sobrecarga o incluso dañar los
altavoces conectados.
La EQ concreta que aplique a su señal acústica
dependerá en gran medida de su instrumento
concreto, gustos particulares y estilo musical. No
obstante, aquí tiene algunos consejos generales:
•
Para un sonido cálido o melodioso, realce los
graves ligeramente a la vez que atenúa los más
agudos (deje los medios en plano o un poco
atenuados), como puede ver a la derecha.
• Para hacer que su instrumento suene más “hi-
fi” atenúe el rango medio y deje los graves y
agudos en plano, como puede ver aquí.
• Para un sonido brillante y afilado, realce los
agudos y medios.
• Cuando consiga un buen ajuste de EQ para
una canción o instrumento concreto, anótelo
(¡se sorprendería de lo fácilmente que uno
olvida estas cosas!).
• Finalmente, conforme vaya probando con
los controles de EQ de su AC75 o AC150, no
se olvide de que su instrumento acústico
es posible que también le ofrezca un cierto
control EQ, por lo que pruebe con ambos.
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